Hablamos de un contrato de alquiler de auto cuando mediante un documento, el propietario de un vehículo entrega un vehículo a un tercero por un determinado periodo de tiempo, a cambio de un monto que puede ser fijado de manera diaria, semanal o mensual según convengan las partes.
Cabe resaltar que, estos contratos son, por lo regular, firmados ante un notario y cuentan con diversas cláusulas en la que figuran los derechos y las obligaciones de ambas partes durante la duración del acuerdo.
De igual manera, es importante mencionar que, en diversas ocasiones, el alquiler de vehículos en nuestro país puede llevarse a cabo sin la presencia de un contrato, lo cual no es recomendable por la informalidad del acuerdo y la falta de garantías para los involucrados.
Como mencionamos anteriormente, la legalidad y formalidad en este tipo de acuerdos es de vital importancia. En este sentido, este documento sirve para que las partes involucradas en el acuerdo puedan tener las reglas claras del vehículo en alquiler.
Además, conocer el detalle de los derechos y obligaciones tanto de la persona dueña del vehículo como de quien hará uso de este con los fines estipulados en el contrato.
Asimismo, el contrato de alquiler puede utilizarse para vehículos que son propiedad de una empresa o de una persona natural que busque llevar a cabo el procedimiento.
Si ambas partes se han puesto de acuerdo en seguir adelante con el proceso, al momento de la firma ante el notario se debe incluir el contrato acordado con las cláusulas fijadas por ambas personas. En este sentido, la designación de la notaría debe realizarse también de mutuo acuerdo.
De igual manera, existe un determinado número de aspectos que se deben incluir en los documentos firmados entre ambas partes para no tener ningún tipo de inconvenientes en el tiempo, entre los que podemos destacar:
De igual forma, es básico tener en cuenta que cualquier tipo de contrato de alquiler de auto debe ser realizado con los estándares de seguridad y legalidad que brinda la legislación peruana para que, de esta manera, se garantice el bienestar de ambas partes en todo momento del tiempo de duración del acuerdo.